SÍFILIS

Sinónimos:

Lues, Plaga sexual, Enfermedad francesa, Enfermedad venérea.

¿Qué es?

Es una enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria llamada Treponema pallidum, adquirida, en la mayor parte de los casos, por contacto sexual con otra persona contaminada. Si no tratada, progresa, se volviendo  crónica y se convirtiendo en manifestaciones sistémicas, es decir, afectando a muchas partes del cuerpo. Su progresión, según el grado de comprometimiento del cuerpo, fue dividida en estadios (primario, secundario y terciario). Las dos primeras fases son las que más características infecciosas presentan, o sea, es cuando más síntomas se pueden observar y cuando es más transmisible, tras lo cual se puede observar un largo período de latencia – cuando la persona no presenta ningún síntoma y demuestra curación aparente de las lesiones iniciales – incluso cuando se trata de individuos no tratados . Después de esta fase inicial, la capacidad de transmisión disminuye. Después de algunos años,  manifestaciones de la enfermedad pueden aparecer en el corazón, en el cerebro y, virtualmente, en cualquier órgano del cuerpo.

 ¿Cómo se adquiere?

La sífilis se puede adquirir por el contacto sexual; por vía placentaria (sífilis congénita, el feto la adquiere durante la vida intrauterina); a través del beso, o de otro contacto íntimo con una lesión activa (que contiene la bacteria Treponema); por la transfusión de sangre o sus derivados, o aún, por la inoculación accidental, por ejemplo, en los trabajadores de la salud (raros). La mayoría de los casos del contagio ocurre  a través de relaciones sexuales sin protección (sin condón).

 ¿Qué uno siente?

Las primeras manifestaciones ocurren después de un período de incubación (de la contaminación hasta presentarse el primer síntoma), de duración media de 21 días, lo que puede variar entre 3 y 90 días. La enfermedad presenta, según se menciona anteriormente, tres fases distintas, con sus manifestaciones características, y un período de latencia (sin síntomas) entre la segunda y la tercera fase.

Durante la fase primaria, ocurre una lesión clásica en los órganos genitales, puerta de entrada del Treponema, llamada chancro. Es una herida  con bordes endurecidos y profundos, con un fondo blando y muy poco dolorida. Esta lesión puede no estar presente, u oculta, en el caso de mujeres. Puede también ocurrir de maneras múltiples, con más frecuencia en individuos con inmunidad comprometida, tales como los portadores del SIDA. Tales lesiones son muy variables y a menudo atípicas; por esta razón, cada lesión en los órganos genitales debe someterse a una evaluación médica. Puede suceder lo que llaman los médicos linfadenopatía (hinchazón de los ganglios linfáticos) en la región inguinal, concomitantemente con la lesión primaria. El chancro toma en media  3 a 6 semanas para se curar  y  puede no dejar ninguna cicatriz.

La fase secundaria ocurre 4 a 8 semanas de aparecer del chancro, y esta lesión puede, incluso, aun estar presente. Durante esta fase, ocurre la mayor cantidad de Treponema circulantes. El individuo infectado presenta síntomas genéricos como: malestar, fiebre, dolor de cabeza, garganta dolorida, pérdida de apetito y peso y, en muchos casos, hinchazón de los ganglios linfáticos  (linfadenopatía) por todas partes del cuerpo. En el 80% de los casos, las lesiones aparecen en la piel por todas partes del cuerpo, “ahorrando” la cara, si bien puedan ocurrir en los labios, además de comprometer la planta de los pies y de la palma de las manos (característico de esta fase). Son pequeñas manchas planas, de color rosado o violáceo, de 3-10m m de diámetro, que no producen picor ni dolor.

 Como lo que ocurre en esta segunda fase es una diseminación de la bacteria a través del cuerpo, las manifestaciones pueden variar según el grado de comprometimiento de un u otro órgano. Pueden estar comprometidos el cerebro, los riñones, el hígado, el tubo digestivo, los ojos, los huesos, los tendones, los cartílagos y las articulaciones. A pesar de que en esta fase los síntomas se pueden confundir con una gran cantidad de enfermedades,  la prueba de diagnóstico principal es, afortunadamente, positiva en el 99% de los casos. A partir de esta fase, el individuo puede pasar a la sífilis latente, donde no hay evolución hacia la tercera fase, quedando libre de los síntomas, aunque la recaída pueda ocurrir con síntomas de la segunda fase, y ser potencialmente contagiosa, especialmente las mujeres en el caso de la transmisión intrauterina al feto. El individuo puede permanecer por un tiempo indefinido en esta fase, que puede durar toda la vida.

La fase terciaria es la etapa de inflamación progresiva y lenta (crónica), con síntomas relacionados a los órganos comprometidos predominantes, es destructiva y  discapacitante. Por lo tanto, en el caso del cerebro, tendremos neurosífilis, con síntomas de  meningitis y parálisis de nervios o  daños de los vasos cerebrales causando obstrucciones de las arterias, con síntomas de  trombosis o de derrame cerebral. Cuando la médula se afecta, hay una pérdida de reflejos y de sensibilidad de los miembros, con deterioro progresivo del control de esfínteres y de de la capacidad para caminar. La gama de los síntomas neurológicos es muy amplia, y pueden ocurrir casos más relacionados con la sensibilidad: dolor abdominal y/o en los miembros, e incluso la ceguera. Otra condición dominante es la cardiovascular, en la cual ocurre el comprometimiento de válvulas cardíacas (insuficiencia y estenosis), y de los grandes vasos, especialmente el más grande de ellos, la aorta, conduciendo a su dilatación (aneurisma). Los síntomas incluyen falta de aire y fatiga a los esfuerzos cada vez menores. Hoy, las consecuencias de la sífilis terciaria todavía constituyen problemas médicos serios, aunque la incidencia de casos nuevos está en constante disminución o en las sociedades occidentales desarrolladas.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

Según lo mencionado arriba, esta enfermedad puede ser semejante a muchas otras; por ello, el diagnóstico debe primero pasar por la sospecha clínica. En la mayoría de las veces, esta suspicacia la plantea el médico al evaluar las formas de exposición a la contaminación, especialmente el sexo sin protección y los síntomas de las lesiones genitales y manifestaciones de la piel. La diagnosis de otras enfermedades de transmisión sexual, como el SIDA y la gonorrea, prácticamente nos obliga a hacer la prueba de sífilis. Luego de la sospecha clínica, el médico dispone de dos vías para confirmar el diagnóstico: ya sea detectar la bacteria en la lesión (menos frecuente), o, lo más frecuente, probar la presencia de  anticuerpos antitreponémicos en la sangre.

¿Cómo se trata?  

El antibiótico que más frecuentemente se  indica para la infección por Treponema pallidum es justamente el más antiguo y de precio más accesible entre todos: la penicilina. Ésta es una de las razones principales de observarse una disminución de la incidencia de casos nuevos y complicaciones más tardías de la enfermedad (fase terciaria) en los países desarrollados. Además, por supuesto, del control eficiente de la salud pública. Tratarse la sífilis parece ser muy fácil debido al costo y acceso al tratamiento. El problema principal sigue siendo el diagnóstico, porque se puede confundirla con muchas otras enfermedades.

¿Cómo prevenirla?

No hay perspectivas de desarrollo de ninguna vacuna en un futuro próximo; por lo tanto, la prevención se centra en la educación de salud para la sospecha y el diagnóstico temprano y el tratamiento, además de promover el sexo seguro con el uso de condones.

 Preguntas que puedes hacer a tu médico

 ¿Quiénes de mis contactos debe hacer prueba o tratarse en caso que yo estuviera infectado?