ANEMIA DE LA DEFICIENCIA DEL HIERRO

ANEMIA DE LA DEFICIENCIA DEL HIERRO

Renato Faillace, MD, en Hematología- Especialista de la Asociación Médica Brasileña.

Nombre alternativo:

anemia hierropénica.

El hierro, por ser parte de la molécula, es imprescindible a la producción de hemoglobina, el pigmento de los glóbulos rojos de la sangre que permite el transporte del oxígeno, y cuya deficiencia se llama anemia. La deficiencia del hierro es la causa más común de la anemia (anemia hierropénica.)

Las razones preceden la historia. El hombre primitivo tenía probablemente una dieta similar a la de sus asemejados en el topo de la escala zoológica: frutas salvajes, hierbas sabrosas, huevos ávidamente procurados y presas animales, de larvas a mamíferos de gran porte. El canibalismo quizás era un acontecimiento ordinario. Esta dieta natural le proveyó del hierro asociado a las proteínas animales y a la vitamina C de las frutas, una combinación conveniente para la absorción del hierro en el aparato digestivo humano. En tiempos de escasez, el hombre primitivo debe haber experimentado la desnutrición y el hambre, pero raramente hierropénico.

El nombre “sapiens” que lo distinguió de otros antropoides, condujeron el hombre a inventar la agricultura: la cosecha lo fijó al suelo, la fuente fiable de alimentos dio lugar a la expansión demográfica. Los millares se convirtieron en millones, ahora seis mil millones. No hay proteínas animales para tantos. Infelizmente, el aparato digestivo humano no se ha desarrollado para los nuevos tiempos: absorbe mal el hierro de granos, de tubérculos y de plantas verdes. Se cree que el 20% de la población del mundo carece, en su organismo, de reservas suficientes de hierro para reponer la hemoglobina: cualquier demanda excesiva desencadena anemia hierropénica. Ésta se ha convertido en un problema de salud pública de asustador predominio.        

En el Brasil, una dieta deficiente es, por sí mismo, el factor desencadenante de la anemia por deficiencia de hierro solamente en los siguientes casos: 1-En niños alimentados con leche bovino. El hierro de la leche, ya escaso, se absorbe mal; entre 6 meses y 2 años de edad la anemia es casi universal. El amamantamiento maternal, con una absorción muy superior del hierro, previene la anemia. 2-En mujeres gestantes de bajo padrón económico, el paso del hierro a través de la placenta, para las necesidades fetales, causa un equilibrio negativo del hierro; si no se proporciona ninguna acción suplementaria, ocurrirá anemia. 3-En los ancianos desasistidos: carencia de recursos, dentadura en mal estado, e inapetencia, conducen al predominio de una dieta de café con leche, pan, sopas, virtualmente sin hierro asimilable. En vegetarianos exclusivos, los casos son raros.

¿Cómo la anemia de la deficiencia de hierro se desarrolla?

Aparte de los casos arriba, la anemia de la deficiencia de hierro, en general, no depende de la dieta; resulta de la pérdida crónica de sangre. En áreas rurales y costeras, sin saneamiento, enfermedades verminosas, especialmente en la niñez, es una causa común.

En mujeres en edad fértil, el exceso menstrual inadvertido o descuidado (hipermenorrea) es la causa de 95% de casos de anemia por deficiencia de hierro y razón por la cual la frecuencia es 20 veces más alta en mujeres que en hombres. Los pacientes femeninos (ocasionalmente los médicos también), sin embargo, encuentran duro creer que ésta es la causa para la anemia; acostumbrados a la hipermenorrea, la consideran “normal, porque siempre fue así”, y persisten en buscar otras causas, en la dieta, en la “incapacidad de fijación del hierro” y otros motivos, en detrimento de la causa obvia. El hierro del cuerpo humano no tiene ningún mecanismo de excreción y ciertamente no se evapora: se pierde con la pérdida de sangre.

En hombres y en una minoría de mujeres, la anemia por deficiencia de hierro es resultado de pérdida crónica de sangre en el sistema digestivo, por gastritis, úlcera, tumores e inflamaciones intestinales crónicas. La sangre perdida sale en medio de la masa fecal; cuando el volumen excede 50 gramos, las heces llegan a ser oscuras y brillantes con olor fétido (melena.) Las personas generalmente, no prestan atención a sus propias heces: la pérdida de la sangre casi nunca se nota.

Diagnosis

La diagnosis para la anemia hierropénica es generalmente fácil: el examen de la sangre demuestra una anemia caracterizada por la presencia de glóbulos rojos cuyo tamaño es más pequeño que lo normal (microcitosis), por falta del contenido de hemoglobina. El nivel de la ferritina del suero, una forma química de almacenaje del hierro en el organismo, indica esto como estando absolutamente bajo o ausente.

Tratamiento

La anemia de la deficiencia de hierro se cura en dos a tres meses con la administración oral de sulfato de hierro. Otros compuestos del hierro, más costosos y comercializados como mejor tolerados, presentan una absorción insatisfactoria. Procurar tratar anemia hierropénica con los alimentos ricos en hierro (los pacientes mencionan, generalmente el hígado, la espinaca, los porotos negros, remolacha, esta para su color) no tiene ninguna base: el hierro dietético es siempre escaso para este propósito. Si persiste la causa de la anemia por deficiencia de hierro, por ejemplo, en casos intratables de hipermenorrea, la anemia reaparecerá en algunos meses o años después de la cura con el tratamiento. Se sugiere un control periódico con exámenes de sangre, con repetición del tratamiento cuando necesario.