¿Qué es?
El conjunto de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales engloba la Enfermedad de Crohn y la Colitis ulcerativa. La enfermedad de Crohn se caracteriza por inflamación crónica de una o más partes del tubo digestivo, desde la boca, pasando por el esófago, estómago, intestino delgado y colon, hasta el recto y ano. En la mayoría de los casos de enfermedad de Crohn, sin embargo, hay inflamación del intestino delgado; el colon puede estar involucrado, junto o separadamente. La enfermedad lleva el nombre del médico quien la describió en 1932.
¿Cómo evoluciona?
Todavía no se conoce una causa para la enfermedad de Crohn. Varias investigaciones trataron de relacionar factores ambientales, alimentarios o infecciones como responsables por la enfermedad. Sin embargo, se ha notado que los fumantes tienen 2-4 veces más riesgo de desarrollar la condición, y que particularidades de la flora intestinal (microorganismos que viven en el intestino y ayudan en la digestión) y del sistema inmune (mecanismos naturales de defensa del organismo) podrían estar relacionados. Ninguno de estos factores, separadamente, podría explicar porque la enfermedad empieza y se desarrolla. El conjunto de los datos disponibles, hasta el momento, sugiere la influencia de otros factores ambientales y genéticos.
Se nota la influencia de los factores genéticos en parientes de primero grado de un individuo enfermo, puesto que presentan cerca de 25 veces más posibilidad de también tener la enfermedad que un individuo sin parientes afectados.
¿Qué se siente?
La enfermedad de Crohn suele empezar entre los 20 y 30 años, a pesar de que también ocurran casos en bebés o casos que empezaron en la vejez. Los síntomas más frecuentes son: diarrea y dolor abdominal en cólicos con nauseas y vómitos, acompañados de fiebre moderada, sentimiento de distensión abdominal empeorada por las comidas, pérdida de peso, malestar general y cansancio. Puede haber la eliminación de sangre, moco o pus. La enfermedad alterna entre periodos sin cualquier síntoma y exacerbaciones de comienzo y duración imprevisibles.
Otras manifestaciones de la enfermedad son las fístulas, que son comunicaciones anormales, permitiendo el paso de heces entre dos partes de los intestinos, o del intestino con la vejiga, la vagina o la piel. Además de muy incómoda, ésta situación expone al individuo a infecciones de repetición. Las fístulas ocurren aisladamente o asociadas a otras enfermedades de la región próxima al no, tales como las fisuras anales y abscesos.
Con el pasar del tiempo la enfermedad puede desarrollar complicaciones. Entre las más comunes están los abscesos (bolsas de pus) dentro del abdomen, las obstrucciones intestinales causadas por estrechamientos – causados por la infamación o por adherencias de partes inflamadas de los intestinos. También puede aparecer la malnutrición y los cálculos vesiculares a causa de la malabsorción de ciertas sustancias. Otras complicaciones, aunque menos frecuentes, son el cáncer del colon y los sangrados digestivos.
Algunos pacientes con la enfermedad de Crohn pueden presentar evidencias fuera del aparato digestivo, como manifestaciones en la piel (eritema nudoso y pioderma gangrenoso), en los ojos (inflamaciones), en las articulaciones (artritis), y en los vasos sanguíneos (trombosis o embolias).
¿Cómo hace el diagnóstico el médico?
El diagnóstico se basa en el historial del paciente, además del examen clínico. Si se sospecha de la enfermedad, radiografías contrastadas del intestino delgado (tránsito intestinal) pueden ayudar a aclarar en la definición diagnóstica por el hallazgo de ulceraciones, estrechamientos y fístulas características. También se suele examinar el colon por enema baritado (Rayo-x con contraste inducido por vía anal) o endoscopia del colon. Éste último examen, que consiste en el paso por vía anal de un aparato semejante a una manguera, permitiendo la filmación del interior del colon, tiene la ventaja de permitir, también, la realización de biopsias de la mucosa intestinal para que sean analizadas al microscopio.
Más recientemente, dos pruebas de sangre, conocidas por las siglas ASCA y pANCA ya pueden ser usadas en el diagnóstico de la enfermedad de Crohn entre nosotros, aunque no sean confirmatorias y que su uso esté limitado por su costo.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la enfermedad de crohn es individualizado de acuerdo con las manifestaciones de la enfermedad en cada paciente. Como no hay cura, el objetivo del tratamiento es el control de los síntomas y complicaciones.
No hay restricciones alimentarias que sirvan para todos los casos. En algunas personas, se ha notado intolerancia a ciertos alimentos, a menudo a la lactosa (del leche). En estos casos, se recomienda evitar el alimento capaz de provocar la diarrea o el empeoramiento de otros síntomas. Los individuos con enfermedades del colon pueden se beneficiar con una dieta rica en fibras (muchas verduras/hortalizas y frutas), mientras que para individuos con obstrucción intestinal se indica una dieta sin fibras.
Además de adaptar la dieta, se puede usar medicamentos específicos para el control de la diarrea con cierto éxito. Se debe siempre buscar orientación para el uso de estos medicamentos con el médico, puesto que hay complicaciones graves derivadas de su uso inadecuado.
Medicamentos específicos que actúan, principalmente, en el control del sistema inmune son usados en el tratamiento de los casos en los que no se obtiene una mejora satisfactoria sólo a través de la dieta y antidiarreicos. Por su costo y efectos colaterales, la decisión acerca de la elección, comienzo y la manutención y del medicamento la debe hacer un médico experto en el tema, teniendo en cuenta los aspectos individuales de cada paciente.
Pacientes con episodios graves y que no mejoran con el uso de los medicamentos en las dosis máximas y por el tiempo necesario pueden necesitar de cirugía con la retirada de la porción afectada del intestino.
Situaciones que también requieren cirugía son los sangrados graves, abscesos intra-abdominales y obstrucciones intestinales. A pesar de se intentar evitar al máximo la cirugía en pacientes con la enfermedad de Crohn, más de la mitad necesitarán de, por lo menos, una a lo largo de la vida. Las retiradas sucesivas de porciones del intestino pueden resultar en dificultades para se absorber los alimentos y en diarrea de difícil control.
Cómo se previene?
No hay formas de prevención de la enfermedad de Crohn?
Se aconseja fuertemente a las personas ya enfermas a no fumar, como forma de evitar nuevas exacerbaciones. El uso crónico de los medicamentos usados para el control de las crisis no logró el mismo beneficio en la prevención de nuevos episodios y, por lo tanto, deben ser individualizadas la manutención o la suspensión del tratamiento, después del control de los síntomas iniciales o de exacerbación.
Preguntas que puede Usted hacer a su médico
¿Para que sirve el tratamiento?
¿Debo tomar medicamentos si me llevo bien? Y si hace tiempo que me llevo bien?
¿Qué hago cuando se acabe la receta?
¿Tiene cura ésta enfermedad?
¿Tendré que repetir las pruebas? De cuanto en cuanto tiempo?
¿Qué hago si los síntomas empeoran durante el tratamiento?
¿Qué tipo de medicamento puedo o no usar para otros problemas?
¿Voy a poder llevar una vida normal?