SEXO COMPULSIVO

verdades sobre la Erotomanía, Ninfomanía, Hipersexualidad, Deseo Sexual Hiperactivo.

El deseo sexual puede ser demostrado por un modelo hipotético, en un continuo, donde el deseo, en un extremo, es prácticamente nulo, correspondiendo al Trastorno  de Aversión Sexual, y en el otro, el Deseo Sexual Hiperactivo, cuando el deseo está en exceso.

  •  Deseo Sexual Hiperactivo
  • Deseo Sexual Normal (alto o bajo)
  • Deseo Sexual Hipoactivo Leve
  • Deseo Sexual Hipoactivo Grave
  • Aversión Sexual (Fobia Sexual)

La erotomanía y la ninfomanía son términos que indican un exagero del deseo sexual por parte del hombre y de una mujer respectivamente.

Tales cuadros son conocidos científicamente como Deseo Sexual Hiperactivo (DSH), y suelen manifestarse  por desregulación o falta de control de motivación sexual.

¿Cómo se manifiesta el Deseo Sexual Hiperactivo?

La persona, espontáneamente, presenta un nivel elevado de deseo y de fantasías sexuales, aumento de frecuencia sexual con compulsión al acto, control inadecuado de los impulsos y grande sufrimiento. Se preocupa a tal punto con sus pensamientos y sentimientos sexuales que acaba por perjudicar sus actividades diarias y relaciones afectivas. En general, no presenta disfunciones sexuales (como eyaculación precoz o impotencia) funcionando relativamente bien como un todo. 

Se dedica a la actividad masturbatoria o al coito, incluso  bajo el riesgo de perder sus relaciones amorosas ( cambio frecuente de parejas sexuales) o la propia salud (Hepatitis B y C, SIDA). Cuando intenta evitar y controlar el impulso para el sexo, la persona puede quedar tensa, ansiosa o depresiva. El impulso para la expresión sexual retorna y la persona siéntese esclava de sus propios deseos. La ansiedad pre actividad sexual, la intensa satisfacción después del orgasmo y la culpa después del acto no son raras. 

Se puede observar niveles diferentes de adicción al sexo, desde masturbación y prostitución, a algunos comportamientos parafílicos (perversos) como exhibicionismo, voyeurismo, o incluso la paidofilia (abuso sexual de niños) y violación. Hoy día, con mayor acceso a los medios de comunicación como Internet encontrase una nueva modalidad de hipersexualidad: compulsión sexual virtual (sexo virtual), alcanzando más de 2.000.000 de personas que pasan 15 a 25 horas frente al computador navegando en sitios de sexo.

¿Lo qué causa?

El deseo hiperactivo es un síndrome que puede originarse de diferentes causas. Algunas veces, se lo considera como un problema de adicción y dependencia al sexo, semejante a la dependencia a cocaína, alcohol o heroína. Puede vérselo como un problema de comportamiento mal adaptado, donde el acto repetitivo de busca de placer sexual como tranquilizante se ha aprendido a lo largo de la vida, disminuyendo sentimientos de ansiedad, miedo y soledad. También se puede comprender este disturbio como una enfermedad, con alteraciones anormales en el balance de sustancias neurales. (neurotransmisores).

Según las teorías psicoanalíticas, se puede entender la hipersexualidad  como una fijación a estadios preedípicos del desarrollo sexual, en la fase anal, más específicamente, donde las ansiedades se desplazan hacia comportamientos compulsivos. El conjunto de los síntomas presentados por el DSH puede, de hecho, representar trastornos diferentes, debiéndose tratarlos cada cual de forma distinta, según su posible causa.

¿Hay tratamiento?

Normalmente, se acude o indica al psiquiatra o terapeuta sexual  para este tipo de trastorno.

Las líneas de tratamiento pueden ser empleadas aisladamente, pero se ha demasiado recurrido a tipos de tratamientos combinados, como el uso de medicación concomitante a la psicoterapia cognitiva conductual o focal.

Los grupos de apoyo han demostrado gran utilidad como terapia adyuvante. Se pueden utilizar algunos medicamentos en los casos en que la compulsión sexual es predominante, como inhibidores de recaptación de serotonina.

Para aquellas personas que presentan síntomas de voyeurismo  o exhibicionismo la psicoterapia de orientación analítica es la más indicada, exigiendo mayor tiempo de tratamiento.

En casos más graves, donde la compulsión pone en riego otras personas (como abuso sexual o violación), se puede hacer uso de algunas medicaciones a base de hormonas (progesterona) que inhiban el deseo sexual.

Algunos casos requieren la hospitalización del paciente para atenuación de riesgos.