EYACULACIÓN PRECOZ

EYACULACIÓN PRECOZ

La eyaculación precoz o prematura (EP) es uno de los problemas sexuales más frecuentes de hombres y de parejas, siendo responsable por el 40% de las quejas encontradas en consultorios de terapeutas sexuales.

La eyaculación prematura suele ser corriente en la juventud, en encuentro con parejas nuevas o después de un período de abstinencia. Cuando se extiende a la edad madura y llega a estar presente en más de la mitad de encuentros sexuales, se convierte en una condición crónica y un desorden sexual.

¿Qué es una eyaculación normal?

De la perspectiva del funcionamiento físico, la eyaculación ocurre en dos etapas. En la primera etapa ocurre la expulsión del líquido seminal (semen) de los órganos reproductivos accesorios – próstata, vejiga seminal, y canal eyaculatorio – para la uretra. En la segunda etapa, hay una progresión de este líquido a través de la extensión de la uretra al meato uretral, que es el orificio en el glande a través del cual también sale la orina. Este proceso fisiológico es acompañado por una sensación subjetiva de placer profundo conocida como orgasmo.

¿Cómo sé si sufro de la eyaculación prematura?

No hay tiempo específico antes de eyacular para definir este problema sexual. La definición del problema está en su opinión personal y de su pareja que la eyaculación fue más rápida que lo esperado y que no fue controlada. A veces, incluso, el pene no consigue endurecer y el movimiento de acercarse y el toque de las sábanas es bastante para poner fin a lo qué podría ser un momento agradable. Ocasionalmente, el hombre mantiene la erección por algunos minutos, comienza la penetración, pero eyacula poco después, quedando insatisfecho y dejando a su pareja insatisfecha. Sentimientos de culpa y ansiedad llegan a ser constantes. Mayores dificultades pueden presentarse posteriormente, por ejemplo disfunción de la erección (impotencia) y la pérdida de intimidad de la pareja.

¿Por qué la eyaculación prematura ocurre?

Los seguidores de Darwin (evolucionista inglés que propuso la teoría de la selección natural – 1859) explican que la eyaculación prematura era un viejo método de la defensa en contra de los depredadores.

Imagínese los primordios de la humanidad, donde existían centenares de peligros, siendo el animal humano demasiado frágil y pequeño frente a los riesgos del medio ambiente.

Los individuos que llevasen tiempo demasiado largo para eyacular en sus compañeras, serían más vulnerables a las agresiones de enemigos y de bestias salvajes.

El eyaculador precoz tenía más ventajas en finalizar rápidamente la inseminación e huir inmediatamente, también permitiendo que la hembra se escapara, y entonces lograr  inseminar un número más grande de hembras dentro de un tiempo más corto.

De tal modo que la probabilidad de diseminar sus genes alrededor sería elevada.

Otras razones asumidas como causas de la eyaculación prematura son:
 

aumento anormal en la sensibilidad del bálano,
inexperiencia sexual,
primera experiencia con pareja que haya estimulado una cópula rápida
culpa o sentimientos negativos hacia la pareja.
Ansiedad frente al desempeño sexual

Raramente hay un problema médico que explique la eyaculación precoz, como prostatitis aguda o esclerosis múltipla. En verdad, no existe una causa única con comprobación científica para la eyaculación precoz.

¿Tiene cura?

Existe tratamiento, con medicinas y con psicoterapia. La primera línea del tratamiento es reorientación y reeducación del hombre o de la pareja para una función sexual normal. Se aclaran las situaciones en las cuales se considera ser normal el tiempo más corto o insatisfactorio de la eyaculación (común en los jóvenes, sexo con nuevas parejas, o después de una abstinencia larga.) Cuando la eyaculación prematura se torna constante, es decir, ocurre en más de la mitad de encuentros sexuales, un tratamiento más específico se hace necesario.

La segunda línea de la terapia es el denominado tratamiento del comportamiento cognoscitivo. Un sistema de ejercicios y de tareas se debe realizar en casa para el control del tiempo de la eyaculación.

Siguen algunos ejemplos meramente ilustrativos: Técnica de la distracción.

Durante el acto sexual, el hombre es orientado a fijar su mente en una cierta situación que lo desvíe del sexo, como muerte de alguien o en una mujer que no sea a su gusto, o la cuenta del banco. Tan pronto como él perciba que está perdiendo la erección, él se centra en la mujer otra vez. Él debe utilizar este método de la distracción algunas veces de modo que él pueda prolongar el tiempo de la penetración antes de la eyaculación

Técnica de la compresión.

El hombre debe comprimir la base del bálano por 4-5 segundos inmediatamente después de la primera sensación de mayor excitación. Con este procedimiento él va a dificultar que la sangre entre en el pene, y retardar un poco la eyaculación.

Técnica parar-empezar

Consiste en orientar el hombre a permanecer en una posición encima de su pareja para tener control sobre el movimiento sexual. Él debe comenzar la penetración y parar completamente los movimientos cerca del momento de la más grande excitación. Él puede utilizar la técnica de la distracción concomitante.

La meta de estas tareas es hacer al hombre estar enterado del momento que precede la primera etapa de la eyaculación, llegando a ser capaz de controlar voluntariamente su eyaculación y evitando la frustración de la pareja y de sí mismo.

Una tercera línea del tratamiento se puede combinar con estos ejercicios: las medicinas. Hay una amplia gama de medicaciones que tienen como efecto secundario el retraso en el tiempo de la eyaculación. Tales medicinas se deben administrar solamente con prescripción médica juiciosa, pues presentan muchos otros efectos sobre el organismo.  Algunas de ellas (ej. los antidepresivos tricíclicos) son contraindicadas para la gente con problemas en el  ritmo del corazón. Algunas medicaciones tópicas (ungüentos) basadas en hierbas o anestésicos no se han demostrado  eficaces para el tratamiento de la eyaculación precoz.

De todas formas, esta disfunción sexual tiene un buen pronóstico, es decir, demuestra los buenos índices de cura para la mayoría de los individuos que busquen consejo especializado. Generalmente, 6 a 10 sesiones son suficientes para mejorar la vida sexual del hombre y de su pareja.